Durante la segunda semana de agosto, en donde los momentos de mayor visibilidad estarán dados entre el día 11 y el día 13, la lluvia de meteoros de las Perseidas iluminará los cielos del mundo, aunque, esta vez, en coincidencia con otro fenómeno celestial, que también pugnará por llevarse el protagonismo: una súper-luna; la luna llena más grande y brillante del año. Se espera que el satélite natural terrestre aparezca con sus máximas dimensiones durante la noche del 10 de agosto.
Habitualmente, las Perseidas brindan la posibilidad de observar hasta 100 meteoros por hora, aunque al competir con una súper-luna llena, un 14% más grande y con un 30% más de brillo, el resplandor reducirá drásticamente la observación, que de cualquier modo será perfectamente posible.
Habitualmente, las Perseidas brindan la posibilidad de observar hasta 100 meteoros por hora, aunque al competir con una súper-luna llena, un 14% más grande y con un 30% más de brillo, el resplandor reducirá drásticamente la observación, que de cualquier modo será perfectamente posible.
La lluvia de estrellas de las Perseidas proviene de la estela cósmica del cometa Swift Tuttle, que cada 133 años completa un viaje a través del Sistema Solar Interno. Cuando la Tierra atraviesa la zona de escombros, básicamente polvo y arena, las partículas del cometa impactan contra la atmósfera planetaria a gran velocidad, desintegrándose y dejando un destello brillante en el cielo.
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