Las autoridades de Texas han anunciado que se ha registrado un segundo caso de ébola en Texas. El nuevo positivo se ha dado en uno de los sanitarios del Presbyterian Hospital de Dallas, del que ha trascendido que es mujer. Es una de las que atendió a Thomas E. Ducan, de 42 años, que el pasado 30 de septiembre se convirtió en el primer paciente diagnosticado con esta enfermedad en Estados Unidos. El segundo test realizado a la enfermera ha confirmado el diagnóstico.
El doctor Thomas Frieden, máximo responsable del CDC, ha afirmado en rueda de prensa que en el contagio de la enfermera de Dallas se produjo por "una brecha en los protocolos". Pese a que la enfermera iba equipada con todo el equipo de protección, algo imprevisto sucedió que ha causado su contagio. La mujer es una de las sanitarias estuvo en contacto con el paciente Ducan.
Frieden advirtió que puede haber más casos de ébola. No sólo porque todavía se sigue controlando a las 48 personas que tuvieron contacto con Duncan y que están catalogadas de alto riesgo. Ahora, con este nuevo diagnóstico, otros 18 sanitarios han empezado a ser chequeados. Son los que tuvieron contacto con Ducan entre su ingreso el 28 de septiembre y el 8 de octubre, día en que falleció. Sobre ellos no se había emprendido acción previa porque formaban parte del grupo de bajo riesgo.
La enfermera era una de las incluidas en este grupo de bajo riesgo. A consecuencia de su contagio, una persona de su entorno también está siendo analizado. Además, la autoridades de Dallas han empezado a higienizar el edificio y los contiguos a donde ella reside.
Las autoridades municipales, con el alcalde de Dallas, Mike Rowling, al frente, y las sanitarias, reiteraron las llamadas a la calma, dando garantías de que se ha extremado la seguridad. Sin embargo, los responsables médicos no escondieron su preocupación. La nueva contagiada trató a Duncan en su segunda visita al hospital. La preocupación surge debida a que ella vestía todo el equipo de protección y siguió todos los procedimientos establlecidos. Y a pesar de esto, se ha contagiado.
Duncan falleció la semana pasada. El error inicial en su diagnóstico -acudió a emergencias y lo dejaron irse pese a decir que había llegado de Liberia y tener una alta temperatura- ha provocado que 48 se encuentren bajo control, en proceso de vigilancia a la espera de que puedan desarrollar la enfermedad. Se las consideró de alto riesgo.
"Sabíamos que un segundo caso podía ser una realidad y estábamos preparados para esta posibilidad, ha diicho el doctor David Lakey, el responsable de la sanidad de Texas. "Hemos ampliado nuestro equpo en Dallas y trabajamos con diligencia extrema para prevenir que se extienda el contagio.
La sanitaria que ha dado positivo informó el viernes que padecía fiebre y ya fue aislada para someterlos a análisis. Los test preliminares se realizaron en un laboratorio de Austin. La noche del sábado se conoció el resultado.
Duncan llegó a Dallas el 20 de septiembre. Salió de Monrovia, la capital de Liberia, país que junto con Guinea Conakry y Sierra Leona componen el foco del virus. Han muerto más de 4.000 personas.
Cuatro días después acudió al hospital. Le mandaron a casa. A los cuatro días lo ingresaron y aislaron. Entonces se confirmó que era el primer enfermo de ébola en Estados Unidos. Ahora ya es el primer difunto por esta enfermedad en EE.UU.
El segundo caso se diagnosticó el sábado, jornada en la que el aeropuerto neoyorquino del JFK empezó a tomar la temperatura y a chequear a los viajeros procedentes de los tres países citados. Esta medida se amplairá esta próxima semana a los recintos de Newark (Nueva Jersey), O'Hare (Chicago), Dulles (Washington) y al de Atlanta. Son las cinco instalaciones por las que pasa el 95% de los viajeros que llegan de esos tres países. La media diaria de pasajeros asciende a 150
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